Monday, August 23, 2010

EL AGUA Y EL HOMBRE DE CROGMANON


Por Fernando Winfield Capitaine


En estos días de intensas lluvias vino a mi mente la sociedad del hombre de Crogmanon en Francia.

El primer contacto intelectual con este hombre tuvo lugar en 1964, en los cursos de Prehistoria en la Facultad de Antropología de la Universidad Veracruzana. La maestra, doctora Hangert, precisamente Doctora en Prehistoria nos dio dos excelentes cursos semestrales sobre ese mundo fascinante de miles de años atrás.

Aparte de su especialización en Prehistoria, la doctora Hangert manejaba excelentemente la materia de religiones. Su maestro, de apellido Jensen en Alemania, era de la corriente de la Fenomenología un sabio alemán en Colonia, por lo que ella tuvo un soporte teórico envidiable que le permitió tener una visión amplia de este fenómeno cultural. Incluso, a Jensen le fue publicado un libro por parte del Fondo de Cultura Económica en México.

Durante la II Guerra Mundial, por las condiciones de escasez en el movimiento armado, su dieta consistía básicamente de sopa de cebolla, por lo que cuando vino a México a trabajar, una de sus obsesiones era tener la despensa bien llena, la cual nos mostraba llena de orgullo a nosotros.

Fue una gran Maestra pues fue ella la que por primera vez nos mandó al campo y publicó en un libro colectivo como editora de nuestras prácticas y trabajos de campo. Producto de estas experiencias fue el libro Medicina Tradicional en Naolinco, en una edición mimeografiada.

El mito de Hainuwelle de Oceanía se nos grabó en la mente. Es sobre un sacrificio tradicional de los pueblos cultivadores consistente en sepultar viva a una mujer, dejándole solo asomar la cabeza para luego ser decapitada. Este mito es la prueba más fehaciente de que los pueblos cultivadores practican el sacrificio humano, mientras los pastores no.

La Prehistoria se divide en Paleolítico, Mesolítico y Neolítico en base al trabajo de la piedra. Es en el Neolítico cuando ya se cultivvan las plantas. En consecuencia es en esta época en la cual se inician los sacrificios humanos.

Hay que recordar en la Biblia Jehová ordenó a Caín y a Abel que le hicieran ofrendas. Abel ofeció plantas al Señor, mientras que Caín sacrificó animales, por lo que a Dios no le agradó la ofrenda de Caín por lo que este fue uno de los motivos fundamentales para asesinar a su hermano.

También el culto al oso entre los ainus, pueblos del norte de Japón, durante el cual se pedía perdón ante el cadáver de un oso por haberlo matado, dándole a comer y beber con un levanta bigotes ceremonial; y la maestra decía para reforzar su plática “y entonces el ositooo…”

Otro concepto más que aprendimos fue el del Señor del Monte, o Señor de los animales. Hay una pieza olmeca o post olmeca que Medellín se trajo del sur de Veracruz, y que bautizó precisamente como “El Dueño del Monte”. Es la idea entre los pueblos cazadores de que los animales tienen un dueño al que hay que pedirle permiso para cazar los animales.

Alrededor de la cacería de animales hay una serie de ceremonias previas que garantizan el éxito en la misión; por ejemplo, entre los popolucas es importante la abstinencia sexual por varios días anteriores a la expedición.

En 2001 fuimos a Francia mi esposa y yo como parte de una gira por varios países europeos. Tuvimos la oportunidad de visitar Cromagnon, un sitio con cuevas desde donde se despliega una vista maravillosa y la ruta serpenteante de un río. Ahí, el hombre de Cromagnon se cubría de la lluvia y del crudo invierno en sus cálidas cuevas.

Recuerdo que entre los compañeros de clase estaban Jesús Morales Fernández (q.e.p.d.), Francisco Beverido Pereau (q.e.p.d.), Enrica Molinai, Ana María Reyes Escobar (mi esposa), Violleta Martí Yáñez, Margarita Contreras, Eliel Fita (actualmente Magistrado Federal), David Navarro, de la Rosa y otros colegas más.
Sigue también en: www.lagazeta.org

Saturday, August 14, 2010

ESTIMADOS seguidores

ESTIMADOS seguidores de mi querido amigo Fernando, agradezco mucho sus comentarios e inmediatamente le paso a su correo los mismos, sin embargo les pediría el enorme favor que me dejen sus correos para poder darselo y así él se comunique con ustedes; yo soy la editora de este este blog que en realidad forma parte de mi portal de noticias: www.lagazeta.org
Trataré de facilitar su contacto con ustedes.
gracias.

Friday, February 05, 2010

TENOCHTITLÁN

Por Fernando Winfield Capitaine

De todos los pueblos del México prehispánico, posiblemente de ninguno se disponga de tanta información como de los aztecas.
Al inicio del periodo Postclásico la región septentrional de Mesoamérica entra en movimiento. Las diferentes poblaciones que formaron aldeas permaneciendo largo tiempo en la zona de Chalchihuites y distintas masas bárbaras, deciden iniciar una emigración al centro. En su lento peregrinar se establecen en muchos lugares, a veces por periodos prolongados, que después abandonan siguiendo el lema de "buscamos nuestra casa".
Los primeros en llegar al Altiplano son los conjuntos chichimecas, comandados por Xólotl que contemplan las ruinas de Tula. Se asientan inicialmente en Tenayuca y ocupan Texcoco y Culhuacán, celebran alianzas con Atzcapotzalco, Tlaxcala y Cholula, llegando a enseñorearse del vasto territorio que comprende los estados de México, Tlaxcala, Puebla, Morelos y parte de Veracruz. Son recibidos en relativa paz por los dispersos sobrevivientes toltecas, iniciándose un notable proceso de aculturación que los lleva finalmente al abandono de sus costumbres bárbaras. La aguerrida personalidad de los chichimecas se atempera con los herederos de la cultura tolteca.
Sucesivas aportaciones migratorias que vienen del norte y alguna de la mixteca son acogidas sin problemas aparentes, repartiéndose entre ellos todo el territorio sometido, incluido el margen de los lagos de Chalco, Xochimilco, Texcoco, Zumpango y Xaltocan, hasta que debido al crecimiento de la población, vino el enfrentamiento que creó un intenso clima de tensión social en la zona.
En esta circunstancia y con evidente rezago por su permanencia en Jalisco, Michoacán y Estado de México, hacen su aparición los aztecas, ahora nombrados mexicanos. Vienen encaminados por cuatro sacerdotes que siguen los mandatos de su dios tribal, Huitzilopochtli, el Huichilobos de los españoles; a pesar de su ascendiente tolteca y chichimeca, son desconocidos y humillados; podría afirmarse que llegan tarde al reparto. Quizá con el fin de eliminarlos, los tepanecas de Atzcapotzalco les permiten ocupar Chapultepec y Tlatelolco.
Con un espíritu indomable se sobreponen al medio adverso y después de un tiempo atacan Tenayuca, siendo perseguidos y diezmados por una coalición de xochimilcas, culhuas y tepanecas. Al ser dispersados, algunos permanecen como esclavos en Culhuacán, mientras que otros son deportados a Tizapán, lugar infestado de serpientes.
Requeridos por Cóxcox, soberano de Culhuacán, son parte fundamental de una victoria sobre Xochimilco, pero al ser premiados con el otorgamiento de una hija de Cóxcox a fin de iniciar una nueva dinastía, la sacrifican y otra vez son arrojados y confinados en un islote inhabitado en el lago de Texcoco.
En tal lugar, siguiendo las palabras de Huitzilopochtli, con la advocación de Tláloc y en presencia de los símbolos primordiales: la tierra, el nopal, el águila y la serpiente, fundan Tenochtitlán en 1325.
Bajo el mando de sus sacerdotes, la primera acción consiste en erigir con cañas y ramas, el templo de Huitzilopochtli. Después de mucho tiempo y padeceres encuentran al fin su casa.
Desde el comienzo, la ciudad va a tener un orden determinado. "El centro estará ocupado por el espacio sagrado, el recinto ceremonial, en donde se encuentra el Templo Mayor, centro fundamental de la cosmovisión de este pueblo. De este espacio sagrado van a partir las calzadas orientadas hacia los puntos cardinales, lo que le da una configuración a la urbe de cuatro grandes 'barrios', la que al ir creciendo va a multiplicarse" (Matos, 1993b:19). ¨(Matos Moctezuma, Eduardo. b) "Tenochtitlan". En: Arqueología mexicana. 1(4):75-76, octubre-noviembre de 1993).
Pero el acoso de Tenayuca y Culhuacán no cesa, si acaso logran un respiro al traer a Acamapichtli, noble culhua de ascendencia tolteca, al que elevan como Primer Tlatoani en 1376.
El templo de Huitzilopochtli es agrandado y embellecido y surgen trabajos de gran magnitud, como el albarradón que evita inundaciones, construido bajo la sabia dirección de Netzahualcóyotl. Por acueductos se trae agua de Chapultepec y Coyoacán y se desplantan las calzadas de Iztapalapa, Tepeyac y Tacuba, comunicando el islote con tierra firme.
Conservadores rigurosos de la antigua tradición religiosa, los grupos nahuas parten desde Chicomóztoc para fundar Tenochtitlan en un islote. La principal importancia de Huitzilopochtli se advierte en la consagración del Templo Mayor: compartirá espacios con Tláloc. Pero en cada conquista guerrera de otras comarcas, los mexicanos tomarán las deidades locales integrándolas a su panteón, conservando las imágenes en el lugar que para tal efecto se les tenía destinado en el recinto del Templo Mayor, pasando a formar parte del séquito de Huitzilopochtli.
Se logran cultivos en chinampas y se complementa la alimentación con la recolección y caza de los elementos de la flora y fauna lacustres. No obstante, se necesita de otros productos que no hay en el Altiplano, como lo son el algodón y el cacao.
En una vertiginosa sucesión de luchas y alianzas en que intervienen Culhuacán, Xochimilco, Chalco, Atzcapotzalco y Texcoco, acaban por imponerse en el extenso territorio, añadiendo a sus fronteras la Huasteca y el Totonacapan, a la Mixteca, Tehuantepec, Soconusco, incursionando hasta Nicaragua. Morelos, Guerrero, Jalisco, Durango, Zacatecas, Colima, Nayarit y Sinaloa. La excepción la constituyen los señoríos de Tlaxcala, Cholula u Huexotzingo, así como Michoacán, que nunca pudieron ser doblegados.
Además del dios tribal se venera a Quetzalcóatl, de quien es gemelo. También a Tezcatlipoca y a una multitud de dioses que con sus contrapartes femeninas, aparecen en un abigarrado cuadro.
Las festividades del Fuego Nuevo cada 52 años cobran especial significación, pues se espera con temor la caída del cielo y la destrucción del mundo. Después de superado el paso, en un acto de renacimiento se renuevan templos y atavíos, casas y enseres domésticos; la humanidad podrá vivir por otros 52 años.
Pero los días del dios tribal estaban contados; resultan interrumpidos en un aciago año 1 Caña, que en el calendario juliano correspondió a 1519, por efecto de la conquista hispana sobre Mesoamérica. Cortés hilvana alianzas con muchos pueblos agobiados del tributo mexica: totonacas, cholultecas, tlaxcaltecas, y en un golpe estratégico de alta diplomacia mueve las poderosas fuerzas indígenas contra el imperio de Tenochtitlan.
Bernal diría después de atravesar la difícil ruta de los volcanes y realizar el descenso, ante el panorama que la ciudad le presentaba ante sus ojos desde Itzapalapa:

"Desde que vimos cosas tan admirables, no sabíamos qué decir, o si era verdad lo que por delante parecía, que por una parte en tierra había grandes ciudades, y en la laguna otras muchas, y veíamoslo todo lleno de canoas, y en la calzada muchos puentes de trecho a trecho, y por delante estaba la gran ciudad de México..."

La ciudad será comparada a Venecia en un intento del europeo por racionalizar ambientes extraños y novedosos para él.
Los mexicas siempre se consideraron herederos de las glorias de Teotihuacán y muy especialmente de los toltecas de Tula, por lo que significaba de cultivo al arte y la ciencia. En su migración pasan una temporada en la abandonada ciudad, que hace una profunda impronta en su alma cultural.

winfer46@hotmail.com

Tuesday, March 24, 2009

TODOS SANTOS EN COYOLILLO


(ÚILTIMA PARTE)
Por Fernando Winfield Capitaine


La festividad del Todos Santos se inscribe en el marco de las sociedades agrarias mexicanas. En la medida que se abandonan los patrones rurales y se ingresan en los urbanos, la celebración va perdiendo sus características originales.
En la comunidad de El Coyolillo, municipio de Actopan, se han venido sucediendo cambios en su estructura, modificando algunas de las características de la fiesta.
El patrón que continúa es el de ofrecer platillos especiales, en una obsesión por demostrar al visitante que no hay crisis alimentaria. El mole de guajolote, el dulce de calabaza, los tamales, componen el aspecto esencial de las ofrendas y lo que se invita a comer a los visitantes.
El altar doméstico lo componen las pequeñas canastas elaboradas en papel, conteniendo dulces en su interior y que son la delicia de los niños.
Actualmente la población masculina migra a los Estados Unidos en demanda de trabajo por lo que la comunidad ha visto disminuido su número. Durante muchos años el trabajo dependía del corte de la caña de azúcar en el área de influencia de los ingenios de la región. La mano de obra local se ocupaba del corte de la caña de azúcar en los campos de los ingenios de La Gloria, La Concepción y, cuando funcionó, Almolonga hasta la época de Manuel Parra.
Subyace en la fiesta el ritual de la cosecha u Ochpanichtli, herencia de Mesoamérica y bien descrita por los cronistas del siglo XVI entre los aztecas. Específicamente, el de la cosecha del maíz.
Si bien la explotación del mango prevalece en los terrenos de la comunidad, todavía pequeñas porciones de terreno son dedicados al cultivo del maíz y la calabaza.
Son dos las celebraciones que continúan en El Coyolillo: El Carnaval y el Todos Santos, guardando estos todavía componentes rurales que se niegan a desaparecer.

Friday, January 23, 2009

LA VAINILLA

Por Fernando Winfield Capitaine

LA VAINILLA Y RICARDO GÓMEZ
En su tiempo (la década de los años diez y principio de los años veinte del siglo XX) la compañía comercializaba el 95 % de la producción de vainilla de la zona de Gutiérrez Zamora, San Rafael y Papantla. Hay una fotografía en la cual Ricardo está en la oficina de Nueva York y aparece mirando con una sonrisa hacia la cámara; junto hay otros personajes, quizá uno de ellos sea el socio de Ricardo, el señor Sloan; junto a Ricardo está quizá la que fue la última imagen de su compañero de viaje, el hermano de su socio.
Anda por ahí un secante de tinta con el logo de la empresa y una fotografía de grupo. La tía Lala conserva una cama de madera de 90 años en la que dormía la tía Wistana, y una mesa de porcelana que servía de lavamanos.
Recién finalizada la Primera Guerra Mundial, en 1919, Ricardo llegó a París para luego dirigirse a Marsella, con el objetivo de fundar una sucursal de “Gómez and Sloan”. La vainilla era un producto de exportación para el mercado europeo, especialmente en Francia donde se utilizaba su esencia para el preparado de dulces y pastelería. Estaba preocupado porque no sabía francés pero no tuvo problemas para comunicarse pues París estaba lleno de soldados norteamericanos, al igual que Marsella. Seguramente Ricardo anduvo por los alrededores del fuerte San Nicolás, una fortaleza amurallada que contempla el mar Mediterráneo, que inició su construcción en 1680 por orden del rey Luis XIV, y también por la estación de trenes. El fuerte San Nicolás tiene en el fortín de su cúspide un monumento a los soldados caídos; el texto que puede leerse en una placa de mármol es impresionante; creí que más o menos decía así: “A los muertos por la Patria. Lo que ellos hicieron perdurará en nuestros corazones y siempre serán recordados por su heroísmo” (cito de memoria). Pero quiero confirmarlo; le pido a Ana María las fotografías de Marsella y puedo citar a la placa de mármol, pues la tengo ya a la vista:
A NOS MORTS
QUI, SUR TERRE, SUR MERE, DANS L’AIR
ONT ACCRU LA GLOIRE DE LA FRANCE AUX JOURS HEUREUX
SAUVÉ SON HONNEUR AUX JOURS SOMBRES
SANS JAMAIS DESESPERER DE SON DESTIN
que al español significa:
A NUESTROS MUERTOS
QUIENES, SOBRE LA TIERRA, SOBRE EL MAR, EN EL AIRE
HAN ACRECENTADO LA GLORIA DE FRANCIA EN LOS DÍAS DICHOSOS
SALVANDO SU HONOR EN LOS DÍAS SOMBRÍOS
SIN QUE JAMÁS DESESPERARAN DE SU DESTINO
El fuerte San Nicolás es una mole impresionante de piedra; todavía conserva un gran cañón dirigido hacia el mar. Las necesidades de circulación en Marsella lo han taladrado en su porción extrema sur para hacer un túnel por el que atraviesan los automóviles. El fuerte es visitado ocasionalmente por los turistas y parejas de novios mientras que la brisa mediterránea sopla en todo su esplendor por su parte alta.



Cultivo de la Vainilla planifolia de los países hispanoamericanos
Notas de Pedro Naudé (1880)

(Según Jean-Christophe Demard, Río Nautla, 2004)
La vainilla planifolia puede plantarse al pie de los árboles en lugares húmedos y calurosos, protegidos del sol, de tal modo que el tallo se fije al tronco del árbol. También se puede remplazar a los árboles por postes sólidamente enterrados en la tierra y unidos mediante alambres de fierro galvanizado, formando una especie de reja que facilitará las operaciones que exige este cultivo.
Si se deja la planta en sus estado natural se volverá tan alta que la fecundación sería muy difícil de realizar, y a menudo imposible, mientras que con un soporte artificial de una altura previamente calculada, las operaciones se ejecutan más fácil y rápidamente. Hay que recordar que se requiere mucha destreza para llevar a cabo la fecundación.
El bejuco no debe trepar a más de 4 metros. Cuando es silvestre y crece en los árboles, hay que poner entre ellos alambres sobre los que pueda extenderse para evitar que suba demasiado alto. De esta manera, las flores quedarán al alcance de los que las fecundan.
Pero no me detendré demasiado en el cultivo de esta planta, que varía de país en país. Me limitaré a la fecundación de las flores, operación que siempre resulta exitosa.

Fecundación de las flores
Para comprender bien esta operación, es necesario conocer perfectamente la organización de las flores de esta planta. La explicaremos mediante varios dibujos, ya que sin ello cualquier descripción, por exacta que fuera, no bastaría para entender los aspectos importantes de la fecundación.
Comenzaremos diciendo que los ramos de flores se desarrollan en la base de las hojas; se empieza por la más baja del ramo, excepto aquellas del extremo del tallo que son demasiado tiernas para su reproducción. Así, después de la fecundación se recomienda cortar el extremo que no tiene flores, dejando sólo las dos hojas que siguen al ramo más alto para hacer que los frutos crezcan más.
Las plantas viciadas son muy lentas para florear. Para acelerar la floración hay que torcer ligeramente la liana más o menos en medio sin romperla. Esto retraza un poco el flujo de sabia y beneficia el desarrollo de la flor.
Las flores no se abren todas al mismo tiempo. En un ramo de 10 ó 15, generalmente sólo dos se abren simultáneamente. Por ello es necesario visitar los ramos todos los días.
La expansión de las flores se lleva a cabo en la mañana temprano cuando hace buen tiempo. Se debe realizar la fecundación cuando la flor está recién abierta.
Hemos notado que las flores se fecundan más rápidamente y con más éxito entre las 8 y las 10 de la mañana que en la tarde. Cada flor dura un día, es inútil fecundarla al día siguiente.
Es muy importante no dañar esta parte de la flor.
Regla general: Al realizar la fecundación, ponga atención en no pellizcar las flores demasiado tiempo ya que las podría hacer improductivas. Tome varias flores para examinarlas de cerca y ejercitarse con sus diferentes partes.
En la página siguiente se encuentran dibujadas las diferentes partes de una flor, ampliadas para facilitar su examen.


Práctica
Para realizar la fecundación, se toma la flor con la mano izquierda como se indica en la página 3, sosteniéndola para que no se rompa y poniendo el cuidado necesario para no dañar ninguna de sus partes.
A continuación se levanta el opérculo o sombrero (A / figuras 2 y 3) con unas pequeñas pinzas llamadas pinzas de Bruselas.
Con las pinzas se tiene una mayor certeza de tomar las dos masas masculinas sin perderlas, pero hay que poner atención para no apretarlas demasiado y aplastarlas. En la medida de lo posible, hay que asirlas por la base (E / figura 2 y 3), que no corre ningún riesgo.
Para obtener buenos resultados en la fecundación no hay que maltratar las flores porque son muy delicadas y se rompen fácilmente.
La fecundación se debe llevar a cabo con destreza. Nosotros recomendamos que se emplee para ello manos ágiles, de mujer joven por ejemplo, quienes en poco tiempo aprenderán este trabajo minucioso. Y como sólo se necesita un instante para cada flor, se puede fecundar cientos en una mañana entre las 8 y las 11.

Manera de sostener la flor mientras se le fecunda:

Nunca se debe forzar una flor para abrirla. Siempre hay que esperar a que se abra de manera natural o que su funda esté al menos entreabierta, si no la operación resulta demasiado difícil y a menudo con malos resultados.
Cuando la flor está entreabierta la fecundación es lo más sencillo. Se debe recoger con mucho cuidado las dos pequeñas masas amarillas que salen de la cabeza (A 3 / figura 2), pues son tan pequeñas que si se caen pueden perderse. Estas dos masas tienen la forma aquí indicada y están unidas por un hilo glandular en la base, que se pega fácilmente a las pinzas de acero o al pequeño bastón del que hablaremos más tarde.
Cuando se introducen estas dos pequeñas masas amarillas, que son el órgano masculino, en la cavidad estigmática u órgano femenino (B / Figuras 2 y 3), generalmente son atraídas como un imán. En caso contrario, se les sujeta ligeramente en la cavidad para que se fijen a ella. Una sola masa basta para la fecundación.
Cada flor está formada por cinco pequeñas hojas verdosas que componen la funda floral externa. En el centro de estas 5 hojas se encuentra una sexta con forma de corneta y cuyos bordos forman una especie de collar de color blanco amarillento, que se llama collar o garganta. En la punta de ésta, en el centro de la flor, se encuentra la columna que sostiene los órganos sexuales masculinos y femeninos, que los botanistas llaman “Ginostemo”.
Cuando se retira el sombrero y se toma las dos masas amarillas que se encuentran bajo él (A / figura 3 y C / figura 2), se apoya con la punta de las pinzas sobre el collar (6 / figurad 2 y 3, y 2 / figura 2) para descubrir la columna central o gynostemo (C / figuras 3 y 2). A continuación introduzca los órganos masculinos (D y F / figuras 3 y 2) en la cavidad (B / Figura 3 y 2), levantando un poco el voto o cubierta que se encuentra debajo y que constituye la entrada. Al introducir los órganos masculinos, hay que poner cuidado para no dañar la cavidad femenina con las puntas de las pinzas que, por lo mismo, no deben ser muy agudas. Cuando las dos masas amarillas u órganos masculinos hayan sido colocados en la cavidad estigmática femenina, apoye un poco sobre el labio o cubierta que recubre la cavidad y la operación estará terminada.
Si llegara a perder los órganos masculinos, se les puede remplazar con la mitad del de la flor siguiente ...... el la masa amarilla nº 1 basta para la primera flor y la nº 2 para la segunda.

Figura.....

Una vez terminada la operación, si al cabo de dos días la flor se seca sin caer, la fecundación se habrá realizado con éxito. Si por el contrario se cae, la fecundación no se habrá llevado a cabo.

Frutos

Cuando los frutos comienzan a ponerse amarillos en la punta, se les debe cosechar sin demora y ponerlos a secar sin demasiado sol. Hay varias maneras de preparar la vainilla, pero la mejor es dejarla secar naturalmente.
En la India se emplea el método siguiente: Se junta un cierto número de vainillas que comienzan a ponerse amarillas y se les ata de la punta como un rosario; después se les remoja en agua hirviendo para que se endurezcan, lo que sucede inmediatamente. Entonces se les cuelga al aire libre en cuerdas tensas y expuestas al sol sólo por unas horas.
Al día siguiente, con una brocha o simplemente con los dedos, se pasa sobre cada vainilla un poco de aceite fino de olivo para que sequen más lentamente y que se concentre el perfume. Cuando la vainilla está seca es de color café oscuro. Entonces se le pone en vasijas barnizadas o en cajas que se colocan en lugares bien secos para que se conserven.

CONCLUSIÓN: Es una pena que planta tan importante tenga problemas en su producción e ibdustrialización pues no hay que olvidar que entre otros usos, ha perfumado al mundo. Los extractos químicos de la vainilla producen cáncer, como ya se ha probado desde algunos años.
Urgen reuniones de alto nivel para resolver el problema que afecta, fundamentalmente a la zona de Papantla.

Thursday, September 20, 2007

ESCLAVOS Y LIBERTOS EN VERACRUZ

CAPÍTULO 1

FUNDAMENTO DE LA ESCLAVITUD.

Introducción

La trata de esclavos es muy antigua en la historia de la Humanidad. “Las tumbas prehistóricas del Bajo Egipto sugieren que, hacia el octavo milenio antes de Cristo, un pueblo libio esclavizó una tribu de bosquimanos o <>”.
La trata en América estuvo muy ligada al descenso de la población indígena, y a la introducción del cultivo de la caña de azúcar, esencialmente.
Españoles y portugueses tienen antecedentes muy firmes. Por ejemplo, “la consecuencia más interesante de la trata fue la creciente prosperidad de Madeira, donde, en 1452, Diogo de Teive, un caballero del infante Enrique, plantó caña de azúcar, por iniciativa de éste. La caña se trajo de Valencia, donde se cultivaba desde tiempos del dominio musulmán. Varios mercaderes pertenecientes a las mejores familias comerciantes genovesas –Luis Doria, Antonio Espinola, Urbano y Bautista Lomellino, Luis Centuriones-, llegaron de Sevilla a la isla, para establever plantaciones. El avance islámico en el Mediterráneo oriental amenazaba las plantaciones venecianas de caña en Creta y Chipre; las de los cruzados en Palestina habían sido ocupadas desde hacía largo tiempo por el islam, y Sicilia, productora de azúcar de caña desde hacía generaciones, estaba amenazada.. Madeira parecía, por lo tanto, la mejor alternativa. Se construyeron con esmero terrazas bien irrigadas en las laderas, algunas con el trabajo de esclavos guanches, de Tenerife; la introducción de esclavos africanos coincidió con la de la caña. Así se celebró por primera vez el famoso matrimonio entre caña y esclavos que habría de tener un papel tan trágico en la historia. Doscientos años más tarde se celebraría de nuevo en Barbados y otros puntos del Caribe, y que supondría la ruina de los cultivadores de otros productos plantados mucho antes.
Los molinos de azúcar de Madeira emplearon un sistema moderno de dos rodillos, engranados para que la caña quedara exprimida entre ambos y movidos por agua, hombres, bueyes o caballos. Se trataba de un método inventado en Sicilia..
En 1460 ya se exportaba azúcar de Madeira a Flandes y a Inglaterra; en 1500, la isla contaba con unos ochenta molinos y más de doscientos propietarios de plantaciones de caña; y era el mayor exportador de azúcar del mundo, con una producción anual de cien mil arrobas de azúcar blanco (la arroba de la época equivalía a doce kilos)”.
Las primeras experiencias esclavistas de los españoles se derivaron del conocimiento acumulado en la península ibérica. Como apunta Aguirre Beltrán, "esclavos hubo en España desde tiempos remotos; la guerra de reconquista le permitió la adquisición de grupos numerosos; sin embargo, su existencia legal no implicó el establecimiento de un sistema de economía basado en la explotación de los cautivos, ni el desarrollo de un comercio regular de hombres.
"Aún en los años que siguieron a las asombrosas exploraciones de los portugueses por las costas del Africa, con el consecuente conocimiento de paganos de piel obscura que podían ser vendidos como siervos, el comercio humano no siguió un impulso digno de tomarse en cuenta. La fundación de ingenios de azúcar en las islas Azores, Canarias y S. Tomé, con la esclavización de los habitantes de estos parajes, permitió una corriente de esclavos que con el tiempo adquirió importancia; pero estos primeros ensayos quedaron limitados por la estrechez del área geográfica".

Pero no es sino cuando se da el descubrimiento de América y la consecuente disminución de la población nativa, cuando empieza a crecer la necesidad de importar mano de obra africana, para substituir a la indígena. Con lo acontecido en el Caribe, los españoles adquieren experiencia en los aspectos económicos relacionados con los esclavos. Al llegar a México ya traen consigo un modelo perfecto de explotación de los negros, aplicándolo en la Nueva España.
Angola y el Congo suministraron numerosos esclavos a México; tales pueblos procedían de sociedades basadas en una estructura agraria, sin desconocer que la propia plantación esclavista era conocida en Africa.
El inicio del tráfico legal de esclavos a las Indias fue originado por una instrucción de los Reyes Católicos a Nicolás de Ovando, gobernador de la isla Española, para "que no se consintiese ir ni estar en las Indias, judíos, ni moros, ni nuevos convertidos: que se dejasen pasar esclavos negros, nacidos en poder de cristianos, y que se recibiere en cuenta a los oficiales de la Real Hacienda lo que por sus firmas se pagase".
Ya “desde 1521 se otorgaron mercedes de tierra a partir de las cuales nació la hacienda azucarera. La caña se regó por el territorio mexicano y los trapiches e ingenios empezaron a producir azúcar. Así lo consigna Chevalier:
‘Mucho más que en las partes bajas, a menudo fértiles pero insalubres, los españoles cultivaron en los valles tibios esa caña traída de ultramar; sus ingenios azucareros habían de constituir las más importantes explotaciones agrícolas de la Nueva España’”
Para el siglo XVI la producción de azúcar era muy alta: Chevalier calcula que en la Nueva España, existían, a fines del siglo XVI, aproximadamente 60 ingenios y trapiches, cuya producción oscilaba entre 300 000 y 450 000 arrobas anuales, o sea, entre 3 000 y 5 000 toneladas sin tomar en cuenta melazas y piloncillos producidos por ingenios chicos, mismos que se expandirán sobre todo durante el siglo XVII.
Pero sucede algo paradójico: cuando mayores beneficios obtenían los azucareros, la Corona inicia la aplicación de una política restrictiva, frenando la economía y es a finales del siglo XVI cuando se implanta dicha política, algo cuyos orígenes nadie ha podido explicar a ciencia cierta.
El virrey Conde de Monterrey ordena no utiliza a indios de repartimiento en los ingenios de hacer azúcar pues sólo se permitiría utilizar a aquellos que libre y voluntariamente quisieran alquilarse bajo el argumento de que el abuso de la gente común va haciendo de los azúcares para golosinas y bebidas. La orden fue completada con otra del mismo año en 26 de agosto de 1599 por medio de la cual se prohibió la fundación de nuevos ingenios; al final los productores de azúcar burlaron las disposiciones reales.
Aunque la mentalidad difusionista ha sugerido la presencia del negro en la etapa precolombina, ello no ha sido demostrado fehacientemente con pruebas científicas. Aparentemente, el principal propagandista de esta idea es Melgar quien en 1862, al describir a la cabeza colosal de Hueyapan sugiere que es de rasgos etíopes.
Lo que si ha estado confirmado por la abundante documentación colonial es que desde los primeros momentos de la conquista española iniciada en 1519 y consumada en 1521, la presencia del negro ha sido manifiesta. Algunos negros aculturados en España acompañaron las primeras expediciones guerreras.
Los negros de la Conquista guerrearon contra los indios sellando así un pacto de amor y odio que caracterizó las relaciones interétnicas entre invadidos e invasores a lo largo de los crueles siglos de coloniaje. Aún en nuestros días, esas relaciones de aceptación y rechazo se observan en las zonas donde la genética y la cultura siguen enfrentando a indios y afromestizos; tal es la secuela que dejó el sistema racista que oprimió a las dos etnias sobre las que descansó la sociedad de explotación colonial.
Uno de ellos introdujo el cultivo del trigo en México; el otro, desafortunadamente, la viruela, enfermedad responsable de gran número de decesos entre la población indígena.
El Padre Fray Bartolomé de Las Casas fue un decidido impulsor de la introducción de esclavos negros al Nuevo Mundo con el objeto de defender a los naturales de América, aunque dicha posición la cambió arrepentido en los últimos años de su vida. Es decir, Las Casas consideró que había cometido un error al apoyar el comercio de población africana en tierra americana.
Las licencias para el comercio de negros fueron controladas por la Corona Española y recibieron el nombre de asientos. El nombre de muchos de ellos se conservan en la Recopilación de las Leyes de Indias, instrumento legal que regulaba las relaciones jurídicas de los reyes de España con sus súbditos. El creciente corpus de legislación indiana fue acumulando disposiciones de derecho que a lo largo del tiempo fueron haciéndose más difíciles de recordar.
Las naciones que dominan el comercio negrero en México fueron los portugueses incrementándose su participación en la temporada en que se unieron las coronas de España y de Portugal de 1580 a 1640. Posteriormente los ingleses son los que comercializan en México a la población africana, en un triple triángulo que ha sido descrito por Mannix: armas, municiones y telas fabricadas en Inglaterra a cambio de negros; su venta en América a cambio de oro, aguardiente y otros géneros que a su vez se cambian en Inglaterra por más armas, municiones y telas, para reanudar el triángulo comercial. En el siglo 18 los factores (vendedores de negros legalmente establecidos) fueron Luis Haiz, Guillermo Buttler y Enrique Spencer, los cuales españolizaron sus nombres de pila, por la década de los cuarenta del siglo XVIII en Veracruz.
Al término del siglo dieciséis una instrucción del Conde de Monterrey encaminada a la protección de la población nativa, estimuló la importación de esclavos africanos, con la idea de suplir la mano de obra indígena y de esa manera proteger su descenso demográfico. El 2 de abril de 1599 el conde de Monterrey expidió el ordenamiento mediante el cual se limitó de manera drástica la utilización de mano de obra indígena para trabajar en ingenios y trapiches de azúcar. En primer término se prohibía que fueran empleados dentro del ingenio mismo, es decir, que se les utilizara en el proceso de la fabricación del azúcar. En segundo lugar se suspendía el suministro de indios de repartimiento. Sólo quedaba abierta la posibilidad de emplear, en las labores de campo, indios que por voluntad propia alquilaran su trabajo. Con estas medidas quedaban los ingenios y trapiches privados casi de la totalidad de su mano de obra.
Temporalmente -hasta mayo de 1600- se autorizó el uso de indios de "socorro", mientras los hacendados se pudieran abastecer de nueva mano de obra, con el fin de no dejar paralizada la industria.
La respuesta a estas limitantes fue inmediata: en Xalapa se incrementó la compra de negros africanos a fines del siglo XVI con destino a ingenios y trapiches. En el periodo de 1578 a 1600 se dieron 208 ventas de esclavos negros con un alto porcentaje de bozales, de los cuales 139 fueron hombres y 69 mujeres. Francisco Hernández de la Higuera declaró poseer 120 esclavos en 1597 y en 1606 ya sumaba 200. A fines del siglo XVI, Alonso de Villanueva tenía 30 negros y Juan del Castillo contaba 12.
Si bien los españoles ocupan mano de obra africana en casi todas las incipientes actividades económicas, como la minería, los obrajes, la ganadería, es en relación con la explotación del azúcar cuando adquiere mayores dimensiones el esclavismo.
Para Carmen Viqueira, el negro, además de participar en las actividades productivas relacionadas con el azúcar, extendió su influencia como trabajador permanente a todo espacio económico. Esclavos africanos ejecutaron la trajinería y trato de las mercaderías en el puerto de Veracruz, fueron vaqueros de las grandes extensiones dedicadas a la ganadería, trabajadores obligados en los obrajes por disposiciones oficiales, servidores domésticos en casas de señores y religiosos, y artesanos y trabajadores de la construcción en ciudades y haciendas.
En un estudio sobre la antropología de la esclavitud en África, Claude Meillassoux precisa que
“Descubrimos aquí, en estado latente, una característica que aparecerá en todas las formas de esclavitud, un rasgo que constituye su misma esencia: la incapacidad social del esclavo para reproducirse socialmente, vale decir la incapacidad jurídica para ser ‘pariente’. Esta incapacidad, condición orgánica virtual de la explotación del trabajador en la economía doméstica, convierte pues a la esclavitud en antítesis del parentesco y en el medio legal de la puesta en estado de subordinación del esclavo en todas las formas de esclavismo, incluso cuando el esclavo no es explotado como trabajador productivo. Pero, a diferencia de lo que se observa en la sociedad doméstica, esta condición es, en la economía esclavista, la de una clase reproducida por medios institucionales y no la de algunos individuos explotados ocasionalmente”
En el siglo 18 el llamado Código Negro intentó influir para suavizar el trato que recibían los esclavos por parte de sus amos. Fue dirigido especialmente a los dueños de negros en Santo Domingo, pero copias de él se distribuyeron en todo América, llegando a Amatlán de los Reyes, Veracruz.
En la Navidad, al esclavo de las haciendas se le obsequiaba un juego de ropa que supuestamente le debía de durar todo el año. El llamado esclavo urbano generalmente gozaba de mejor trato. Algunos casos excepcionales registrados nos hablan de que sembró pequeñas porciones de terreno para ayudarse en su mantenimiento como se dio en la hacienda de San Pedro Buena Vista, alias La Orduña, cerca de Xalapa.
Durante el siglo dieciocho, el comercio de esclavos tuvo altibajos, dependiendo entre otras cosas del precio internacional del azúcar y de las revueltas negras en Las Antillas, que afectaron notablemente sus precios.
El trabajo esclavo era la base de la producción y de la organización social en las plantaciones y en los ingenios, al paso que en las encomiendas y otras unidades productivas predominaban distintas formas de trabajo forzado. Se trataba de dos procesos contemporáneos, que se desarrollaban en el ámbito del proceso más amplio y principal de reproducción del capital comercial. El motor de ese proceso más amplio era el capital comercial, que regía la producción de mercancías en Europa y en las colonias europeas del Nuevo Mundo y de otros continentes.
Desde el siglo XVI, en que se inició el tráfico de africanos hacia el Nuevo Mundo, hasta el siglo XIX, en que ese tráfico cesó y terminó la esclavitud, cerca de 9'500,000 negros habrían sido transportados desde Africa. La mayor parte de ellos fue llevada al Brasil, que absorbió el 38 por ciento del total. Otro 6 por ciento fue llevado a Estados Unidos. A las Antillas británicas fue el 17 por ciento, y otro 17 por ciento fue llevado a las colonias españolas. Cuba recibió 702,000 africanos; es decir, más que cualquier otra colonia española, mientras que México importó cerca de 200,000, hasta la abolición de la esclavitud en el año de 1824.
El mercantilismo del siglo XVI fue la fuerza que movió a los mercaderes para cruzar los mares y llegar a los fines de los cuatro continentes; además del oro, las especias, el marfil y otras mercancías igualmente codiciadas, fueron los esclavos y su tráfico lo que representó en ese momento el comercio más lucrativo; para realizarlo fue necesario considerar al africano como una más de las mercancías del comercio colonial. El esclavo, que antes era una propiedad suntuaria del europeo, pasó a ser el negro, una mercancía que producía tres veces plusvalía: al venderse, al trabajar en la producción y al reproducirse.
Para explicar el carácter represivo y violento de las relaciones esclavistas de producción, es necesario comprender que el esclavismo es un sistema de producción de plusvalía absoluta, un sistema en el cual la mercancía aparece inmediata y explícitamente como producto de la fuerza de trabajo enajenada. Además, el esclavo está doblemente enajenado: como persona, en cuanto propiedad del señor, y en su fuerza de trabajo, facultad sobre la cual no puede tener dominio. El esclavo es obligado a producir mucho más de lo que recibe para vivir y reproducirse; y no dispone de condiciones para negociar ni el uso de su fuerza de trabajo ni a sí mismo.
La esclavitud impidió el significativo progreso tecnológico que pudo haber elevado sustancialmente la productividad, llevando a la agricultura a la aplicación de unos métodos que agotaban el suelo. Las plantaciones eran demasiado grandes como para poder fertilizarlas fácilmente. El poco cuidado de los esclavos para con los animales impedían la acumulación de suficiente estiércol.
En cambio, los holandeses contribuyeron notablemente con el desarrollo tecnológico de sus plantaciones en sus posesiones de América, incrementando notablemente los rendimientos de la producción, logrando una mayor productividad en los campos de caña de azúcar y su industrialización. La experiencia holandesa ha sido detallada en algunos trabajos de investigación en la década de los setentas del siglo XX.
Para Moreno Fraginals, la coyuntura internacional (1700-1760) favorable al crecimiento azucarero pudo ser posible gracias a que desde el siglo XVII el azúcar pasó a ser el primer producto básico mundial; es decir, la mercancía que ocupaba el primer lugar en importancia sobre la base del valor total de las transacciones del comercio internacional.
Posteriormente y con el descenso del precio de los esclavos otros grupos económicos tuvieron la oportunidad de adquirirlos, como herreros y panaderos, aunque ya bien avanzado el siglo dieciocho. Casos de excepción fueron mestizos y uno que otro mulato y pardo. Quedaron exceptuados los indígenas, a pesar de que muchos caciques contaron con los recursos suficientes como para poder proveerse de algunos de aquellos. En Perú, no obstante, otras condiciones sociales hicieron posible que los indios tuvieran esclavos, por lo que tal práctica no fue desconocida por el estamento nativo, pero fue a nivel regional limitado.
Muy tardíamente los representantes del sistema esclavista se darían cuenta que los gastos de capital son mucho más grandes y arriesgados para el trabajo esclavo que para el trabajo libre.
Los esclavistas, tanto por razones de tipo económico como por las de prestigio social, efectúan sus reinversiones según las mismas normas que presidieron la inversión original, es decir, en la adquisición de esclavos y de tierras, con lo cual el progreso económico tiene un carácter cuantitativo.
Los lugares de destino económico de los esclavos fueron las estancias agrícolas y ganaderas, trapiches e ingenios azucareros, herrerías, panaderías y otros oficios menores; en el caso de los obrajes fueron especialmente destinados a la ciudad de Puebla. En la minería su participación fue destacada, sobre todo en Guanajuato y Zacatecas.
Las tareas agrícolas en que se vieron implicados los esclavos fueron variadas, desde las más sencillas a las más complejas, dependiendo de la habilidad y educación personales. Comprendían el corte y acarreo de la leña; la roza de terrenos; la siembra, escarda y cosecha del maíz, frijol y otros productos; la ganadería; la apertura de zanjas y obras de mejoramiento de instalaciones agrícolas y el cultivo e industrialización de la caña de azúcar.

Wednesday, July 11, 2007

DESARROLLO SOCIAL DE LAS ETNIAS EN VERACRUZ
Fernando Winfield Capitaine

La autonomía. Las etnias siempre han gozado de libertad para operar sus estructuras domésticas de poder que les ha permitido preservar una independencia en lo cultural con el manejo del derecho consuetudinario, mientras no se contraponga al del México constitucional.
Las comunidades indias se han mantenido en la norma consuetudinaria y la costumbre al elegir a sus Alcaldes y Regidores, los cuales ejercen funciones de juzgar las conductas que se salen de los parámetros locales.
El manejo ideológico político alrededor del concepto de las etnias fue una propuesta de Maximiliano quien fundó una comisión científica dedicada al estudio de las estructuras prehispánicas de México, pues tenía la idea de fundar un nuevo reinado con base en el pasado precolombino.
En la época actual los conflictos de poder en las comunidades indígenas de México se han considerado extrapolados hasta las relaciones de etnicidad. Es decir, se piensa que en la totalidad de los casos, las relaciones entre indígenas y ladinos (o mestizos) son asimétricas en función de las diferencias culturales. Pero observaciones de campo permiten afirmar que la competencia por el poder se da internamente entre los propios miembros de esas comunidades nativas, como es donde los clanes familiares se transmiten los cargos religiosos, y los civiles del Ayuntamiento durante décadas.
De hecho las etnias en México han disfrutado de una autonomía cultural. La mejor prueba de ello es que a la fecha han podido mantener y perpetuar sus costumbres. Sólo aquellos aspectos que han entrado en conflicto con la sociedad global de cada etapa histórica, han tenido que ajustarse o desaparecer, como en el campo de lo religioso y de los sistemas productivos.
La autonomía en lo económico es compleja, desde la perspectiva de que las comunidades indias están inscritas en un amplio proceso de participación en los esquemas de los sociedad capitalista mexicana, y es un factor extrínseco con el cual están conectados por medio de la agricultura comercial y la ganadería, así como en los procesos de la industria extractiva y la explotación de los bosques.