Por Fernando Winfield Capitaine
LA VAINILLA Y RICARDO GÓMEZ
En su tiempo (la década de los años diez y principio de los años veinte del siglo XX) la compañía comercializaba el 95 % de la producción de vainilla de la zona de Gutiérrez Zamora, San Rafael y Papantla. Hay una fotografía en la cual Ricardo está en la oficina de Nueva York y aparece mirando con una sonrisa hacia la cámara; junto hay otros personajes, quizá uno de ellos sea el socio de Ricardo, el señor Sloan; junto a Ricardo está quizá la que fue la última imagen de su compañero de viaje, el hermano de su socio.
Anda por ahí un secante de tinta con el logo de la empresa y una fotografía de grupo. La tía Lala conserva una cama de madera de 90 años en la que dormía la tía Wistana, y una mesa de porcelana que servía de lavamanos.
Recién finalizada la Primera Guerra Mundial, en 1919, Ricardo llegó a París para luego dirigirse a Marsella, con el objetivo de fundar una sucursal de “Gómez and Sloan”. La vainilla era un producto de exportación para el mercado europeo, especialmente en Francia donde se utilizaba su esencia para el preparado de dulces y pastelería. Estaba preocupado porque no sabía francés pero no tuvo problemas para comunicarse pues París estaba lleno de soldados norteamericanos, al igual que Marsella. Seguramente Ricardo anduvo por los alrededores del fuerte San Nicolás, una fortaleza amurallada que contempla el mar Mediterráneo, que inició su construcción en 1680 por orden del rey Luis XIV, y también por la estación de trenes. El fuerte San Nicolás tiene en el fortín de su cúspide un monumento a los soldados caídos; el texto que puede leerse en una placa de mármol es impresionante; creí que más o menos decía así: “A los muertos por la Patria. Lo que ellos hicieron perdurará en nuestros corazones y siempre serán recordados por su heroísmo” (cito de memoria). Pero quiero confirmarlo; le pido a Ana María las fotografías de Marsella y puedo citar a la placa de mármol, pues la tengo ya a la vista:
A NOS MORTS
QUI, SUR TERRE, SUR MERE, DANS L’AIR
ONT ACCRU LA GLOIRE DE LA FRANCE AUX JOURS HEUREUX
SAUVÉ SON HONNEUR AUX JOURS SOMBRES
SANS JAMAIS DESESPERER DE SON DESTIN
que al español significa:
A NUESTROS MUERTOS
QUIENES, SOBRE LA TIERRA, SOBRE EL MAR, EN EL AIRE
HAN ACRECENTADO LA GLORIA DE FRANCIA EN LOS DÍAS DICHOSOS
SALVANDO SU HONOR EN LOS DÍAS SOMBRÍOS
SIN QUE JAMÁS DESESPERARAN DE SU DESTINO
El fuerte San Nicolás es una mole impresionante de piedra; todavía conserva un gran cañón dirigido hacia el mar. Las necesidades de circulación en Marsella lo han taladrado en su porción extrema sur para hacer un túnel por el que atraviesan los automóviles. El fuerte es visitado ocasionalmente por los turistas y parejas de novios mientras que la brisa mediterránea sopla en todo su esplendor por su parte alta.
Cultivo de la Vainilla planifolia de los países hispanoamericanos
Notas de Pedro Naudé (1880)
(Según Jean-Christophe Demard, Río Nautla, 2004)
La vainilla planifolia puede plantarse al pie de los árboles en lugares húmedos y calurosos, protegidos del sol, de tal modo que el tallo se fije al tronco del árbol. También se puede remplazar a los árboles por postes sólidamente enterrados en la tierra y unidos mediante alambres de fierro galvanizado, formando una especie de reja que facilitará las operaciones que exige este cultivo.
Si se deja la planta en sus estado natural se volverá tan alta que la fecundación sería muy difícil de realizar, y a menudo imposible, mientras que con un soporte artificial de una altura previamente calculada, las operaciones se ejecutan más fácil y rápidamente. Hay que recordar que se requiere mucha destreza para llevar a cabo la fecundación.
El bejuco no debe trepar a más de 4 metros. Cuando es silvestre y crece en los árboles, hay que poner entre ellos alambres sobre los que pueda extenderse para evitar que suba demasiado alto. De esta manera, las flores quedarán al alcance de los que las fecundan.
Pero no me detendré demasiado en el cultivo de esta planta, que varía de país en país. Me limitaré a la fecundación de las flores, operación que siempre resulta exitosa.
Fecundación de las floresPara comprender bien esta operación, es necesario conocer perfectamente la organización de las flores de esta planta. La explicaremos mediante varios dibujos, ya que sin ello cualquier descripción, por exacta que fuera, no bastaría para entender los aspectos importantes de la fecundación.
Comenzaremos diciendo que los ramos de flores se desarrollan en la base de las hojas; se empieza por la más baja del ramo, excepto aquellas del extremo del tallo que son demasiado tiernas para su reproducción. Así, después de la fecundación se recomienda cortar el extremo que no tiene flores, dejando sólo las dos hojas que siguen al ramo más alto para hacer que los frutos crezcan más.
Las plantas viciadas son muy lentas para florear. Para acelerar la floración hay que torcer ligeramente la liana más o menos en medio sin romperla. Esto retraza un poco el flujo de sabia y beneficia el desarrollo de la flor.
Las flores no se abren todas al mismo tiempo. En un ramo de 10 ó 15, generalmente sólo dos se abren simultáneamente. Por ello es necesario visitar los ramos todos los días.
La expansión de las flores se lleva a cabo en la mañana temprano cuando hace buen tiempo. Se debe realizar la fecundación cuando la flor está recién abierta.
Hemos notado que las flores se fecundan más rápidamente y con más éxito entre las 8 y las 10 de la mañana que en la tarde. Cada flor dura un día, es inútil fecundarla al día siguiente.
Es muy importante no dañar esta parte de la flor.
Regla general: Al realizar la fecundación, ponga atención en no pellizcar las flores demasiado tiempo ya que las podría hacer improductivas. Tome varias flores para examinarlas de cerca y ejercitarse con sus diferentes partes.
En la página siguiente se encuentran dibujadas las diferentes partes de una flor, ampliadas para facilitar su examen.
Práctica
Para realizar la fecundación, se toma la flor con la mano izquierda como se indica en la página 3, sosteniéndola para que no se rompa y poniendo el cuidado necesario para no dañar ninguna de sus partes.
A continuación se levanta el opérculo o sombrero (A / figuras 2 y 3) con unas pequeñas pinzas llamadas pinzas de Bruselas.
Con las pinzas se tiene una mayor certeza de tomar las dos masas masculinas sin perderlas, pero hay que poner atención para no apretarlas demasiado y aplastarlas. En la medida de lo posible, hay que asirlas por la base (E / figura 2 y 3), que no corre ningún riesgo.
Para obtener buenos resultados en la fecundación no hay que maltratar las flores porque son muy delicadas y se rompen fácilmente.
La fecundación se debe llevar a cabo con destreza. Nosotros recomendamos que se emplee para ello manos ágiles, de mujer joven por ejemplo, quienes en poco tiempo aprenderán este trabajo minucioso. Y como sólo se necesita un instante para cada flor, se puede fecundar cientos en una mañana entre las 8 y las 11.
Manera de sostener la flor mientras se le fecunda:
Nunca se debe forzar una flor para abrirla. Siempre hay que esperar a que se abra de manera natural o que su funda esté al menos entreabierta, si no la operación resulta demasiado difícil y a menudo con malos resultados.
Cuando la flor está entreabierta la fecundación es lo más sencillo. Se debe recoger con mucho cuidado las dos pequeñas masas amarillas que salen de la cabeza (A 3 / figura 2), pues son tan pequeñas que si se caen pueden perderse. Estas dos masas tienen la forma aquí indicada y están unidas por un hilo glandular en la base, que se pega fácilmente a las pinzas de acero o al pequeño bastón del que hablaremos más tarde.
Cuando se introducen estas dos pequeñas masas amarillas, que son el órgano masculino, en la cavidad estigmática u órgano femenino (B / Figuras 2 y 3), generalmente son atraídas como un imán. En caso contrario, se les sujeta ligeramente en la cavidad para que se fijen a ella. Una sola masa basta para la fecundación.
Cada flor está formada por cinco pequeñas hojas verdosas que componen la funda floral externa. En el centro de estas 5 hojas se encuentra una sexta con forma de corneta y cuyos bordos forman una especie de collar de color blanco amarillento, que se llama collar o garganta. En la punta de ésta, en el centro de la flor, se encuentra la columna que sostiene los órganos sexuales masculinos y femeninos, que los botanistas llaman “Ginostemo”.
Cuando se retira el sombrero y se toma las dos masas amarillas que se encuentran bajo él (A / figura 3 y C / figura 2), se apoya con la punta de las pinzas sobre el collar (6 / figurad 2 y 3, y 2 / figura 2) para descubrir la columna central o gynostemo (C / figuras 3 y 2). A continuación introduzca los órganos masculinos (D y F / figuras 3 y 2) en la cavidad (B / Figura 3 y 2), levantando un poco el voto o cubierta que se encuentra debajo y que constituye la entrada. Al introducir los órganos masculinos, hay que poner cuidado para no dañar la cavidad femenina con las puntas de las pinzas que, por lo mismo, no deben ser muy agudas. Cuando las dos masas amarillas u órganos masculinos hayan sido colocados en la cavidad estigmática femenina, apoye un poco sobre el labio o cubierta que recubre la cavidad y la operación estará terminada.
Si llegara a perder los órganos masculinos, se les puede remplazar con la mitad del de la flor siguiente ...... el la masa amarilla nº 1 basta para la primera flor y la nº 2 para la segunda.
Figura.....
Una vez terminada la operación, si al cabo de dos días la flor se seca sin caer, la fecundación se habrá realizado con éxito. Si por el contrario se cae, la fecundación no se habrá llevado a cabo.
Frutos
Cuando los frutos comienzan a ponerse amarillos en la punta, se les debe cosechar sin demora y ponerlos a secar sin demasiado sol. Hay varias maneras de preparar la vainilla, pero la mejor es dejarla secar naturalmente.
En la India se emplea el método siguiente: Se junta un cierto número de vainillas que comienzan a ponerse amarillas y se les ata de la punta como un rosario; después se les remoja en agua hirviendo para que se endurezcan, lo que sucede inmediatamente. Entonces se les cuelga al aire libre en cuerdas tensas y expuestas al sol sólo por unas horas.
Al día siguiente, con una brocha o simplemente con los dedos, se pasa sobre cada vainilla un poco de aceite fino de olivo para que sequen más lentamente y que se concentre el perfume. Cuando la vainilla está seca es de color café oscuro. Entonces se le pone en vasijas barnizadas o en cajas que se colocan en lugares bien secos para que se conserven.
CONCLUSIÓN: Es una pena que planta tan importante tenga problemas en su producción e ibdustrialización pues no hay que olvidar que entre otros usos, ha perfumado al mundo. Los extractos químicos de la vainilla producen cáncer, como ya se ha probado desde algunos años.
Urgen reuniones de alto nivel para resolver el problema que afecta, fundamentalmente a la zona de Papantla.